domingo, 27 de mayo de 2012

El Hada de la Fuentes del Bosque Encantado


Todos los días al atardecer, se oía en el bosque  el sonido del yembé, que su enamorado tocaba para ella, con la veneración y el júbilo de ofrecérselo a una pequeña diosa, y el Hada de las Fuentes empezaba suavemente  una danza melodiosa, siguiendo el ritmo del tambor.
Su cuerpo y sus ligeras faldas de gasas  ondeaban al son de sus pies, y sus brazos se elevaban armoniosamente.  Parecía que la Tierra hablara bajo sus pies movida por el  son  de la música,  y todo el bosque la acompañaba en su baile.
La danza expresaba la alegría que había en el bosque,  la alegría de vivir en el y  de sentirse vivo.
.....Y el tambor seguía sonando.....pumba, katumba, katumba, pumba...